domingo, 19 de octubre de 2014

Octubre 18. Inicia la aventura






Octubre 18.

El viaje estuvo maravilloso, llegamos desde las 2 de la mañana al aeropuerto de Pereira.








Después de librarnos de las maletas, llego la hora de despedirse de los papitos. Esperaba mas lagrimas pero la felicidad nos atropellaba a todos.

En Migración Colombia, todo estuvo de lujo, solo que a Micaela, el funcionario de migración le hizo tantas preguntas que se estaba enojando!!!

En la sala de espera, todos preguntaban: ¿Rosita que hora es?










Abordamos, salimos a la hora esperada y Panamá allá vamos…

El viaje estuvo tranquilo, solo nos altero el hermoso paisaje que se divisaba desde el avión: islas, islotes, miles de barcos y un amanecer de ensueño.

Desayunamos en el avión: Crepes de jamón con melocotón, sin embargo, cuando llegamos a Panamá, todos tenían hambre. Comieron desde helado, hasta sandwich con huevo.


















Recorrimos el Tocumen, los niños se morían por entrar a la tienda de Play Station, sobre todo Pablo quien no pudo esperar para comprarse un regalo de cumple con el dinero que le dio alguien de su familia, el regalo: unos audífonos que aíslan el ruido para poder verse una película que descargo en su pc durante el vuelo a Washington sin que lo interrumpa el sonido de las turbinas del avión.

Jorge, tampoco puedo esperar para comprar dulce para sus tíos, estaba tan emocionado que sus lagrimas casi nos ponen a llorar a todos.

Descansaron tendidos en el piso mientras nos llamaban para abordar el próximo vuelo.


















Una vez en el avión, a dormir!!

Nos ofrecieron carne con arroz o raviolis con pollo.

Cuando anunciaron que el vuelo iba a iniciar su descenso, la emoción y la ansiedad nos embargo a todos. Como premio por su excelente comportamiento les permitieron tomarse fotos en la cabina del avión, aunque no pudieron hacerlo todos por que las personas que debían preparar el avión tenían prisa.

















Hicimos la fila para hablar con el  oficial de migración, algunos menos queridos que otros pero finalmente después de rescatar a Anita quien se demoró un poco mas por su homónimo de dudosa reputación.

Una vez en el bus, solo queríamos llegar, Alejandro estaba feliz viendo los autos, sobre todo el Camaro amarillo que nos acompaño casi hasta llegar a la escuela.







Finamente llegamos, los chicos y las familias del Alice Deal MS, estaban esperándonos en la puerta de la escuela, con mucha alegría, los encuentros no se hicieron esperar, parecía que se conocieran de toda la vida, fue maravilloso ver las expresiones de sus rostros, como si el sueño se hubiese hecho realidad.

Comimos, compartimos  y partimos con nuestra familias.



















Mañana estaremos conociéndonos mucho mejor y dejándonos sorprender por todo lo que aquí nos tiene preparado.



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